Un artista promocionando su nuevo disco y un periodista preguntando sobre política. Un artista comentando su nuevo concepto y un periodista preguntando sobre narcotráfico. ¿No será que los medios necesitan refrescar su agenda?
Hace no mucho tiempo, varios medios mexicanos se juntaron para firmar un acuerdo de cómo manejarían el tema del narcotráfico. También, en estos días se está viviendo un cambio en los medios de importancia internacional por su falta de ética al invadir casos policiacos o información privada (como algunos periódicos británicos de Rupert Murdoch), mientras que otros sufren por mantenerse a flote en esta transformación hacia la era digital (como The New York Times).
Y a pesar de esto, más allá de la búsqueda de títulos atractivos y mayores ventas, los medios están estancados en los mismos temas. No importa que la fuente sea de espectáculos, preguntan sobre las próximas elecciones. Y aunque prometieron no hacer proselitismo de los actos terroristas hacen preguntas a los artistas para que de una u otra forma hablen sobre estos temas y, buscando (supuestamente) una solución más pacífica y defensora de los derechos humanos, hacen al final una nota enfocada en resaltar temas que no necesariamente van en esa sección.
¿Por qué hacer esto si se puede hacer una nota objetiva (dentro de lo que se puede ser), informando sobre el verdadero contenido que se ofrece y no intentar meter un enfoque que apenas y cabe?
La propuesta es sencilla. Sí, se pueden hacer notas de color y meter mucha opinión. De acuerdo. Pero no hay que caer en la idea de que no importando qué suceda, siempre se hable de lo mismo. A fin y al cabo, esto es parte de la libertad editorial que muchos medios presumen tener.
