En el ambiente ajetreado de un noticiario en vivo, la información llega de un momento a otro y nunca faltan los imprevistos; sin embargo, alterarse sirve de muy poco, y en cambio, puede llegar a entorpecer el trabajo de todo un equipo.
La noticia está ahí, generándose a cada momento y salvo en Semana Santa o durante las fiestas decembrinas, el ritmo de trabajo en un noticiario nunca es lento, por el contrario, se necesita de un equipo que siempre esté “a las vivas” para sacar adelante el trabajo.
Hace dos minutos el número de votos para el X candidato era tal, ahora es éste; hace dos minutos el número de muertos era 10, ahora son 14. En fin, las cifras, el origen o las consecuencias de una noticia siempre van a estar moviéndose y alterando el trabajo.
¿Qué pasa cuando a dos minutos de entrar al aire, la noticia principal dio un vuelco de 180 grados y el teaser, o resumen con el que se abre un espacio informativo, ya trae los datos rebasados?
¿Qué pasa cuando la emisión está por iniciar, y la información que tiene que llegar a manos del conductor no sale de la impresora, pues el aparato –a buena hora- decidió descomponserse?
¿Qué pasa cuando en un momento de calma, y cuando por fin tienes una taza de café en las manos, un temblor de 5.8 grados Richter se siente desde un noveno piso como si Godzilla estuviera sacudiendo el edificio?
Para todas estas preguntas y muchas más, la respuesta es mantener la calma.
No importa si tu jefe es la mismísima Miranda Priestly elevada a la cuarta potencia, lo que para todo funciona es mantener la cabeza fría para poder pensar y el cuerpo relajado para poder improvisar, pero claro, siempre habrá alguno que otro tip que pueda ayudar a sobrellevar la crisis.
Como en todo, la comunicación entre los miembros del equipo es básica. Con instrucciones claras, hay menor probabilidad de cometer errores; así que si se tiene alguna duda, por pequeña que ésta sea, es necesario pedir especificaciones. Para evitar los sobresaltos de Miranda, siempre habrá que tener en claro si lo que quiere es la falda de cuadros o la rayada.
El compañerismo es también una enorme ventaja. Podrá o no ser tu amigo el de junto, pero si a la hora de sacar el barco a flote todos ponen de su parte, las probabilidades de alcanzar el éxito definitivamente son muchas más. Está comprobado que dos cabezas piensan más que una, además, siempre será práctico tener a quien pedir auxilio en momentos de crisis.
Por otro lado, la prevención es útil. Si de cuando en cuando se tiene un momento libre, lo mejor que se puede hacer es aprovecharlo para pensar en todo aquello que puede estropear el trabajo y evitarlo.
Checar que la impresora funcione correctamente y que además tenga suficiente tinta y papel, que la cámara fotográfica tenga flash y pila para cuando el Secretario o Embajador llegue a la entrevista, tener claras las fuentes que se van a consultar, tener como homepage un buscador eficiente o las páginas que más se utilizan guardadas en la pestaña de favoritos, son detalles que siempre podrán ayudar a economizar el tiempo.
Por último, si la alerta sísmica se activa, y su estruendoso ruido indica que hay que salir corriendo, lo que se debe hacer es, en efecto correr, pero a la computadora para ver en qué momento el Servicio Sismológico Nacional libera la magnitud y el epicentro del movimiento. Ya en segunda instancia, se comienza a monitorear con reporteros y corresponsales para saber si hubo o no algún daño.
En otras palabras, se trata de pensar de dónde se va a obtener la información inmediata que sirva a la gente, no en cómo salir bien librado de la eventualidad. En temblores, atentados, balaceras, incendios o cualquier fatalidad, el deber del periodista, siempre será quedarse ahí mismo para informar; huir no es una opción.
Cada quien tiene su propia manera de reaccionar ante lo imprevisto, unos se paralizan, mientras que a otros la adrenalina los hace sobresaltarse de tal forma que sus acciones pueden llegar a perder sentido e incluso a alterar a los que los rodean. En esta profesión, ya sea en la redacción de un noticiario o en el campo como reportero, las emociones casi siempre estarán maximizadas, así que saber controlarse e improvisar, es requisito, no recomendación.
